Por Maxi Lagares:
Con esta, ya son 5 de 5 las veces que he podido participar y finalizar esta prueba de 105 kms (con un desnivel positivo de 3.720 m).
Como todas las ediciones anteriores, participo en representación de mi club ESPRINTES OURENSE, y creo que me da suerte poder hacerlo en su nombre.
Este año quedé en realizarla acompañado de Enrique Gutierrez, del Club Atletismo Boimorto, y Ricardo Brandón (independiente), este último realizaba su décima participación en la prueba.
La previsión era de lluvia, pero salimos con tiempo despejado desde las inmediaciones del campo de fútbol del Toralín y durante todo el trayecto no hizo presencia el agua, al contrario, nos esperaría un sol de justicia, lo que llevó al abandono de casi la mitad de los participantes en la prueba a pie.
Los kilómetros iniciales fueron amenos y divertidos entre conversaciones y risas, pero según pasaban los kilómetros la prueba se iba endureciendo. Sobre el km 30 y pico Ricardo empezaba a mostrar sintomas de encontrase mal y no se recuperaría hasta pasado el km 60. También Guti empezaría a dar síntomas de malestar a partir del km 48. En una prueba tan larga, es fácil tener momentos de bajón, seguidos de recuperación, así que fuimos tirando por el que se encontraba en peor estado, lo que también nos servía de aliciente para poder continuar y no pensar en nuestro malestar.
Como tampoco yo soy la excepción, a partir del km 80 aproximadamente la rodilla izquierda empieza a dolerme de una forma atroz y comienzo a asustarme bastante. En el avituallamiento del km 84 (Villavieja) les indico a mis compañeros que sólo veía dos soluciones: abandonar o intentar llegar antes de que la cosa fuese a peor, por lo que nos separamos y a partir de ahí tocó darle caña hasta la meta. Siempre valoro pasarlo bien e ir en buena compañía en esta prueba antes que el hacer buenas marcas, pero tocaba renunciar al disfrute si quería llegar a meta.
La primera parte fue dura, con dolor en las zonas de bajada y apurando todo lo posible en las zonas llanas o subidas, con lo que comienzo a adelantar algunos grupos de personas. La cabeza me pedía parar, pero el corazón pedía llegar a meta.
A partir del avituallamiento del km 88 (Santalla del Bierzo) decido saltarme los dos avituallamientos que quedaban, ya que el tiempo era básico para poder finalizar antes de que la rodilla me pidiese parar, así que aumento el ritmo y que salga lo que sea. A partir del km 95 los desniveles empiezan a suavizarse y voy cómodo a un ritmo que me parece muy bueno. Ahí adelanto también a otro grupo y escucho a uno de sus miembros decirme «tú no nos engañas, aún acabas de empezar ahora», esas palabras de ánimo me motivan a no bajar el ritmo hasta la llegada a meta.
Al final, paré el crono en 21:38:32 llegando en el puesto 146 de la general.
Foto del paso por el Pajariel, de la web de El Bierzo Digital.